miércoles, 28 de octubre de 2009

Tusitala

En lengua Samoana Tusitala significa “ la Caja de los Cuentos”. Y era el apodo con el que cariñosamente conocieron los paisanos de Vailima (Samoa) a su excéntrico y larguirucho vecino escocés, ese hombre delgado y terriblemente enfermo que llegó desde donde el mar es siempre frío y el cielo siempre gris. Tanto estimaban los nativos a su extraño nuevo conciudadano, que el día de su muerte insistieron en rodear su cadáver con un “cuerpo de guardia” durante la noche, cargando al amanecer a Tusitala sobre sus hombros hasta el cercano Monte Vaea, dónde le sepultaron sobre un promontorio con preciosas vistas al enorme océano.
Durante la mañana del 3 de diciembre de 1894, había estado trabajando , duramente como de costumbre, en su obra Weir of Hermiston. Al caer la noche, mientras conversaba con su mujer e intentaba abrir una botella de vino, exclamó de repente, preguntando a su esposa “¿Que és esto?...¿se me ve algo extraño en la cara?..y cayó fulminado, a causa de un colapso, junto a ella. Murió a las pocas horas, probablemente de una hemorragia cerebral, a la injusta edad para morir de 44 años.
Lo más paradójico del caso es que, desde la temprana edad de 23, Tusitala convivió con la sombra de la muerte. Justo después de licenciarse brillantemente en Derecho por la universidad de Edimburgo ( carrera que jamás practicó) y pasar su examen de estado para poder ejercer, varios médicos de su ciudad natal convinieron en que la extrema gravedad de su tuberculosis le daba pocos meses de vida. Ante ese veredicto de muerte casi inmediata, fue probablemente como el buen hijo y brillante estudiante decidió que pasaría el resto de la -que esperaba como corta- existencia terrenal dedicándose a sus dos mayores pasiones viajar por el mundo...y escribir.


Robert Lewis Balfour Stevenson, nacido en Edimburgo el 13 de noviembre del año del señor de 1850, hijo de Thomas ingeniero, y Margaret, sus labores,… fue durante toda su vida prisionero de muchas cosas. En algunos casos, esas esclavitudes personales supusieron un estímulo para liberarse y despegar como un cohete, en otros, le acabaron llevando a la tumba…
Las enfermedades respiratorias ( diagnosticos erráticos nos hablan tanto de de tuberculosis,como de bronchiectasis o incluso sarcoidosis) le depararon una niñez en la que siempre estaba recluido en casa y en la cama. Si a eso le añadimos la influencia de su nanny , Alison Cunnigham, que constantemente le estaba leyendo cosas, desde la Biblia hasta las obras de John Bunyan … con pocas visitas infantiles, ….no le quedó otro remedio que el de ejercitar la imaginación para sobrellevar esas etapas de una existencia por completo anómala, cosa que a la larga le beneficiaría en su carrera de novelista.


Como ya he comentado, Stevenson se licenció brillantemente en Derecho, aunque su primera opción universitaria fuera la carrera profesional familiar, la ingeniería, que abandonó en primer curso. Justo es reconocer que aunque era un tipo brillantísimo fue también un estudiante con fama de golfo y crápula siendo sus juergas y sus borracheras mucho más frecuentes que lo que hubiera sido normal. La afición por el alcohol hasta extremos autodestructivos le perseguiría toda la vida …. hasta el punto que minutos antes de caer fulminado por el ataque de apoplejía que le condujo a la tumba, llevaba una botella de vino en su mano.
Así pues, a la edad de veintitrés años, en 1873, en ese momento clave de su vida en que queda deshauciado por los médicos, viaja a Francia y allí es donde conoce a la que será su compañera, Fanny Osbourne , una norteamericana trece años mayor que él, separada y madre de tres hijos, con la que contrae matrimonio el 19 de mayo de 1880.



La obra literaria de Stevenson había comenzado ya hacía algún tiempo –bien que con relatos de viajes y ensayos-, revelando en él a un escritor de gran sensibilidad creativa y ameno lenguaje apto para todos los públicos, pero es a raíz de su boda, -quizás debido a una orientación de su carrera a caminos más comerciales y “alimenticios” sin por ello dejar de hacer buena literatura- cuando empiezan a surgir las novelas que luego se convertirán en universales. Al modesto entender de quien esto escribe, Stevenson es un perfecto ejemplo de esa intersección, que tanto se dio en el siglo XIX, de literatura comercial y apta para todos los públicos, y, al mismo tiempo, arte con mayúsculas.




El post de hoy,es el largo ( no podía ser menos) prefacio de una corta serie de dos futuros posts de esta santa casa dedicados a La isla del tesoro, y, por supuesto, la inmortal y atemporal historia que cuenta El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde.
Salud paz y amor a todos, y como decían los tebeos de mi infancia…CONTINUARÁ…









10 comentarios:

Martine dijo...

... Y continuaremos leyendo tu Tusitala, Dani...

A veces me pregunto: si supieramos realmente lo que nos queda de vida ¿A qué antojo cederíamos?... Viajar... mientras pudiera, lo tengo claro..

Abraçades i petonets per la Familia Fritus al complet, Precioses les fotos de la vostra escapa Madrilenya!

RGAlmazán dijo...

Hay que reconocer que en lo del vino se pasaba, pero en cuanto a viajar y a escribir, bien que le envidio.
Oiga D. Fritus, reparta besos para su familia, incluido usted, eso sí, sin pasarse.

Salud y República

Caminante dijo...

Pasaba para comunicarte que hoy he publicado tu texto...

* noviembre 02, 2009. Segar la mala hierba: fritus

(Publicado el jueves 24 de septiembre de 2009 por fritus en su blog. Datos personales: Daniel Lucas, 40 años, Hombre, Sagitario y Mono, Ley, abogado, Ubicación: Eivissa (Sant Josep. Baleares). Intereses: mi mujer y mi hija, resto familia, amigos, resto del mundo... Presentado. PAQUITA) mundofrito.blogspot.com/ (...)

...
y al paso ¡mira por donde! me he leído la biografía de stevenson.
Tenía cara de pícaro, debió vivir a marchas forzadas para suplir en intensidad la brevedad pronosticada.
Besos y buen día PAQUITA
¡qué bonita imagen la que encabeza la página!

fritus dijo...

Gracias por vuestras visitas y espero que os haya gustado...en realidad solo es el prologo.
Un abrazo

Merche Pallarés dijo...

Genial entrada sobre Stevenson, como siempre. He llegado un poco tarde pero como tardas--lo cual es de agradecer--en escribir tus posts, me ha dado tiempo a comentar mis paridas. No sabía lo de "Tusitala" ha sido una información MUY interesante. Gracias. Besotes, M.

oscar dijo...

Me encanta la literatura de este hombre. gracias por esta reseña tan bien construida.

Freia dijo...

¡¡¡¡Eeeeeeooooooooooo!!!!


¿Hay alguien ahí?

Si yo le entiendo. A mí me pasa. Sólo quiero que sepa que se le echa de menos.

Cecilia dijo...

Te contesto aquí, aunque veo que estás a medio gas, como yo misma.
Cuando visité Barcelona me acordé de que era tu ciudad. No me extraña que la añores. Es un sitio magnífico.

Anónimo dijo...

Tusitala every day...
Tusitala forever...
Llarga vida a Tusitala!
..collons..i tant!

El sol saldrá mañana
y pasado mañana
y al siguiente y al otro,
empeñado como está
en ponerle azúcar a las uvas
porque es dionisíaco
... como tú!

Un abrazo. Enric

Unknown dijo...

Pues estaremos pendientes a esa aproximación sobre un personaje que murió relativamente joven.
Si su vida se hubiera alargado hasta los sesenta y tantos (edad típica de la época) su legado literario hubiera sido extraordinario.
Un abrazo