viernes, 28 de junio de 2013

En memoria de María Castaña, la indignada.

Cuantas veces habremos oído la expresión "Eso es del tiempo de María Castaña" referido a algo muy antiguo, ya casi olvidado.

Y es que si algo le sobra a este país, aparte de desidia e ignorancia, es olvido. Desidia, ignorancia y olvido , tres rasgos característicos e interrelacionados de nuestro carácter ibérico, tres patas para un banco.

Y es que si a María Castaña la pilla un guionista de Hollywood, ríete tú de Robin Hood. La conocerían hasta en Australia. Hoy no la conocen ni en su Lugo natal.

Yo me he acordado hoy de María Castaña, justo hoy al imprimir la declaración del IRPF , resultado cuota líquida positiva. a pagar, vamos...a pagar , aparte de lo que ya me retuvieron durante el año 2012. Entre una cosa y otra una buena cantidad de eurazos, que serían muchos más si no tuviese dos niños pequeños y una hipoteca hasta el 2027, pero  que  aún así me salen del alma.

Mientras, cada día , asisto en primera fila al desfile mediático de defraudadores, desde tesoreros repeinaos que viajaban 50 veces a Suiza al año, hasta infantitas con DNI 0014, licencia para mangar, ...y uno se caga en la madre que parió a los paraísos fiscales, a las SICAV, y a todos los inventos diábolicos que sirven para que los que más tienen escurran el bulto tranquilamente, y se apercibe de la triste y evidente realidad que siempre pagamos impuestos los mismos pringaos.

María Castaña fue una  heroína gallega. Nacida en el S/XIV en Cereixa, Puebla del Brollón,  en lo que hoy es la provincia de Lugo, y entonces era el obispado de Lugo.Esta observación no es baladí, porque según un decreto real, el señorío de la ciudad de Lugo pasaba a manos del Obispado, y las autoridades que recaudaban los impuestos en aquel lejano año de 1386 eran las autoridades eclesiásticas, concretamente, el ejecutor de tan bonita tarea era el mayordomo del Obispo.En fin, era la edad media, y entonces estaba en plena ebullición esa confusión nuestra , tan española y nacionalcatólica, consistente en  mezclar el poder civil y el eclesiástico, confusión que aún colea pasados los siglos.

Corría el año del señor de 1386. Galicia, que pertenecía a la corona de Castilla, acababa de sufrir con especial gravedad en primer lugar, los rigores de la guerra civil entre Pedro el Cruel y la familia Trastamara, y despues , las llamadas  Guerras Fernandinas, entre la Corona de Castilla y la de Portugal. En total, casi tres décadas de saqueos, hambrunas y desolación en las que por tierras gallegas pasaron ejércitos hambrientos, ya fueran amigos o enemigos, que esquilmaban cosechas y arramblaban con lo que tuviesen por delante. Y es que, como decía Simón Bolivar, "De la paz puede esperarse cualquier cosa, de la guerra sólo ruina y desastre".

Y en éstas que un día de 1386  los recaudadores de impuestos del señor Obispo se presentan en el minúsculo y arruinado minifundio de Doña María Castaña , viuda de Martín Cego y madre de Gonzalo Cego y Alfonso Cego, a cobrar .

 Y cobraron. Que sí cobraron, a fe mía que cobraron.Pero no exactamente lo que esperaban.

La hambrienta e indignada María Castaña, expone su situación de insolvencia. Sufre amenazas, insultos y vejaciones  de la comitiva episcopal que ya estaba echandole la zarpa al ganado y a la cosecha para cobrarse en especie,...y se caga ( como un servidor, pero 7 siglos antes) en la madre que parió al señor obispo, en todos los aristocrátas guerreros exentos de pagar impuestos, y en todos los inventos diábolicos que sirven para que los que más tienen escurran el bulto tranquilamente, y se apercibe de la triste y evidente realidad que siempre pagamos impuestos los mismos pringaos.

María Castaña la emprendió a pedradas con ellos. Con la mala fortuna de que una certera pedrada impactó en el cráneo del mayordomo del obispo de Lugo, dejándole tieso sobre su caballo. Difunto. Dead. Fiambre.Caído en acto de servicio al feudalismo rapiñador.

Poco imaginaba nuestra querida heroína que su arrebato  individual de coraje sería la chispa que encendería en la ciudad de Lugo la rebelión contra el abusivo poder episcopal, rebelión rápidamente sofocada.
María Castaña fue condenada a muerte. Posteriormente el perdón real conmutó dicha pena por la de la multa de mil maravedíes y confiscación de sus propiedades en favor de la iglesia.
Todo lo relatado hasta aquí no es fabulación ni leyenda.

El Padre Risco, en la  obra del siglo XVIII  "España Sagrada", recoge en su Tomo XLI, pág. 126-127.  el dicho episodio, haciendo referencia directa al homicidio del mayordomo, a la condena sufrida por María Castaña, y explicitando que la fuente es un pergamino consultado en el archivo episcopal de Lugo, en el Tomo número I de pergaminos,  y fechado el 18 de junio de 1386, en concreto un "instrumento de satisfacción" que expone la condena pecuniaria sufrida por María Castaña y los hechos probados de tal sentencia.

Posteriormente, se hace exo también de la historia  la  "Crónica de la provincia de Lugo", de don José Villaamil y Castro, datada en 1866

Esa breve referencia en los libros de historia hizo que la la figura de María Castaña no fuese muy conocida. Prueba de ello fue el rechazo que provocó la decisión del ayuntamiento de Lugo de poner su nombre a una calle, en 1986. Los vecinos de dicha vía pensaban que el Ayuntamiento estaba de cachondeo y no estaban dispuestos a tal ultraje.

Gracias a la labor pedagógica del profesor e investigador de cultura popular lucense  Isidoro Rodríguez Pérez , su figura llegó a un conocimiento más amplio, lo que ha facilitado que en el año 2000, Lugo tuviera al fin una calle con el nombre de "María Castaña".

En fin, lo dicho, mañana me voy a pagar el IRPF. Que es el último día del mes y si pagas fuera de plazo te caen nosecuantos maravedíes de multa.

Salud, paz y amor a todos, amiguetes.