
Las vacaciones de verano tocaban a su fin la última semana del mes de agosto en Braemar, en las Highlands de Escocia, para una peculiar familia, la formada por el joven Lloyd Osbourne,
su hermana Isabel , su madre Fanny, su padrastro el escritor Robert Louis Stevenson y Thomas Stevenson, el padre de éste último,.
El jovencito Lloyd Osborne, para entretenerse durante esos días lluviosos en los que permaneció encerrado en casa, se dedicó a pintar acuarelas.
Años más tarde, en sus memorias, recordaría esos momentos de esta forma:
“...jugando con una caja de acuarelas acabé haciendo el mapa de una isla que yo había dibujado. Stevenson entró mientras yo lo terminaba, y con su interés cariñoso a todo que yo hacía, se apoyó sobre mi hombro, y pronto empezó a nombrar lugares inventados a la vista del mapa ¡Nunca olvidaré la emoción de la Isla del Esqueleto, la Colina del Catalejo, ni mi corazón emocionado con las tres Cruces Rojas! ¡Y la emoción fue mayor todavía cuándo él escribió las palabras "La Isla del Tesoro" en la esquina superior derecha!.... Y pareció conocer tanto sobre ello también --- a los piratas, el tesoro enterrado, el hombre que había sido abandonado en la isla. "Oh, para hacer una historia sobre ello", exclamé, encantado….”
A los tres días de haber sido dibujado el mapa, Stevenson había escrito los tres primeros capítulos, de “la isla del tesoro” la novela que le vino sugerida por el casual dibujo que su hijastro hizo para matar el tiempo.
Apasionado, Stevenson iba leyendo cada uno en voz alta a su fascinada y entretenida familia que acabó por ir añadiendo sugerencias. El joven Lloyd insistió en que no hubiera mujeres en la historia. El abuelo, el padre de Stevenson, tomó un deleite infantil en la historia y pasó un día escribiendo el contenido exacto del cofre marino de Billy Bones, que Stevenson hijo adoptó palabra por palabra. También su padre sugirió la escena donde Jim Hawkins se oculta en el barril de manzanas.
Cuando el verano llegó a su fin, y el frío clima otoñal aconsejó dejar Braemar, los Stevenson-Osbourne se retiraron a Londres. Debido a los crónicos problemas respiratorios de Stevenson, viajaron a Davos (Suiza) donde el aire limpio de montaña le hizo maravillas, y fue capaz de seguir a razón de un capítulo por día y pronto terminar la historia.
Inicialmente, el relato fue publicado por entregas en la revista juvenil 'Young Folks', entre 1881 y 1882 con el título de The Sea Cook, or Treasure Island, dónde pasó sin pena ni gloria. El éxito le vendría el año siguiente, en 1883, cuando fue publicada como libro, ya con el reducido título con el que pasaría a la historia “ The treasure island”

Debido a la correspondencia posterior del autor, y a ensayos posteriores escritos por él, sabemos sobre las fuentes de inspiración del relato. Ya hemos hablado de ese mapa dibujado por su hijastro Lloyd que es el germen casual que en un momento desencadena la historia. Aparte de ello, Stevenson, escritor honesto, reconoce su deuda intelectual con los recuerdos sugeridos por la lectura de las obras de Daniel Defoe, ( Robinson Crusoe) Edgar Allan Poe (El escarabajo de oro), y Washington Irving (Wolfert Webber) , Así pues Stevenson llegó a escribir:
"Esto es mi deuda con Washington Irving que ejerce en mi conciencia, y justamente es así, ya que creo que el plagio raras veces fue llevado más lejos.. el espíritu interior y mucho detalle del material de mis primeros capítulos.. es propiedad de Washington Irving."
Por otra parte, no sólo la literatura anterior, sino el aspecto de personas de su entorno real le sirvieron de inspiración. La idea para el personaje de John Silver El Largo fue inspirada por su amigo de vida real, el escritor y editor William Henley. Henley perdió una pierna por una enfermedad en los huesos; El hijastro de Stevenson, Lloyd Osbourne, describió a Henley como:

".. un gran tipo, de carácter arrebatador y encendido, con una gran barba roja y una muleta, jovial, asombrosamente inteligente, y con una risa que rodaba como la música; tenía un inimaginable fuego y vitalidad; ".
En apoyo de esta observación, hay una carta de Stevenson dirigida a Henley después de la publicación de La Isla del Tesoro., en ella Stevenson escribió:
"Ahora tengo que hacerte una confesión. Fue la imagen de tu fuerza mutilada y tu autoridad que engendró a John Silver El Largo... la idea de un hombre mutilado, pero gobernando y temido por el sonido de su sola voz fue completamente tomada de ti".
Tan verosímiles resultaban las descripciones que en 1890 William Butler Yeats dijo a Stevenson que La Isla del Tesoro era el libro con el cual su abuelo marinero había disfrutado más en su vida. Y sinceramente, esa es la sensación que nos queda a muchos al final de la obra, escrita con un ritmo perfecto, y para el que quiera sumergirse en ella o volver a leerla, solo hay que pinchar aquí para descargarla.
Salud, Paz y Amor a todos.