"Los mejores libros para la infancia son... los libros mejores; los más bellos, los más pura y sinceramente sentidos
y escritos. Muchos que no se crearon ni remotamente para ser leídos por
niños,gustan tanto a los chiquillos que, con una inteligente revisión y
supresiones levísimas, podrían ser considerados como clásicos de la
infancia."
María Luz Morales.
Uno de
los primeros libros, en el sentido estricto de la palabra libro ( No un
comic book, -un tebeo vamos-) que servidor de ustedes leyó fue este de
aquí abajo. En esta misma edición.
Estaba
en la biblioteca de mi casa paterna. No tendría yo más de 8 años,
cuando cayó en mis manos esta primorosamente cuidada edición para niños
de los mitos recogidos en las sagas nórdicas.Era un libro antiguo en el
sentido más bello y fascinante de la palabra. Estaba hecho con el mimo,
el cariño y el preciosismo con el que se hacían las cosas antes de la
obsolescencia programada del capitalismo salvaje contemporáneo. Con su
tapa dura, sus repujados y dorados en las cubiertas, y una tipografía y
unas ilustraciones que te retrotraían de forma inmediata a principios
del siglo XX.
Ante tus ojos desfilaba Sigfrido y su
espada mágica forjada por el enano Alberico, el momento en que el héroe
mata al dragón Fafnir y se baña en su sangre para hacerse ( casi )
invulnerable, su anillo de invisibilidad con el que camela a Brünhilde,
reina de las walkirias, y su trágico fin a manos del traidor Hagen
Tronje, que le atraviesa con una lanza justo en el punto donde una hoja
de tilo se posó sobre su omóplato.
Han pasado 40 años
de esos momentos y la experiencia lectora permanece viva , recordando a
la perfección muchas de las cuidadísimas ilustraciones y añorando esos
tiempos en que mi esponjoso cerebro recién fabricado hacía mil veces más
sinapsis por minuto que ahora. Y es que no hay ser más atento que un
niño distraído.
Un
par de años más tarde, en casa de mi tío, el hermano mayor de mi padre,
ví tres ejemplares más de la misma colección, ( Colección Araluce) que
pedí prestados y devoré convenientemente varias veces.( los niños
tienen cierta tendencia a la repetición compulsiva cuando algo gusta,
era algo que ya había olvidado y que veo ahora con Tanit y sus
canciones taladrantes cuando toma el control de spotify, con sus
películas o sus cuentos favoritos)
Sobre una estantería estaban una adaptación resumida del poema caballeresco"Orlando Furioso" de Ludovico Ariosto y dos biografías : Alejandro Magno, y Julio César.
Esta
última es quizás la que de forma más indeleble se grabó . Por mucho que
luego se hayan interpuesto biografías más solventes, novelas con mayor
rigor histórico, sus propios relatos de la guerra de las galias o de
las guerras civiles, documentales de national geographic o hasta la
serie "Rome" de HBO,... las imágenes de la vida de César son y serán
siempre las que penetraron en mis sentidos, un lejano verano a fines de
los 70, cuando apenas tenía 10 años.
Despidiéndose de su madre para partir al exilio cuando las proscripciones del dictador Sila pusieron precio a su cabeza
El
aquilifer de la décima legión saltando a tierra en las costas de
Britania, mientras sus compañeros permanecían paralizados de miedo a la
vista de miles de nativos tatuados y con los pelos tiesos y
enblanquecidos por la cal. ( el punk look&outfit ya se había
inventado hace 2 milenios)
Las
mujeres y los niños galos de Alesia abandonados a su suerte a las
puertas de la ciudad porque no había provisiones para ellos
o
el macabro momento en que Tolomeo de Egipto obsequia a Cesar con la
cabeza de su enemigo Pompeyo, esperando ganarse su favor con la
traición.
Detrás de estas magníficas ediciones
infantiles de clásicos estaba la mente de una persona. De uno de los
personajes más interesantes y más injustamente olvidados del siglo
pasado en España.
" María Luz Morales Godoy
(La Coruña, 1889 - Barcelona, 1980) fue una periodista y escritora
española del siglo XX. Tras la Guerra Civil Española fue deshabilitada
durante algunos años de ambas ocupaciones por el franquismo, y tras el
retorno de la democracia continuó con su actividad, colaborando con Diario de Barcelona hasta su muerte, acaecida a los 91 años de edad."
Tras
el atractivo rostro de esta señora, licenciada en filosofía y letras
por la Universidad de Barcelona, está la autora, desde 1924, de las críticas de cine
del diario barcelones " La Vanguardia", bajo el masculino seudónimo de
Felipe Centeno, en una epóca en que la incorporación masiva de la mujer
al trabajo era algo aún quimérico.Un par de años más
tarde, la productora Paramount Pictures se interesó por su trabajo.
Tras una entrevista con ella (de quien desconocían que fuese una mujer)
fue contratada por la productora estadounidense, como responsable de la
asesoría literaria de sus películas, y, con la llegada del cine sonoro,
de las tareas de traducción y adaptación de sus diálogos.
En
la Barcelona republicana de los tiempos de la guerra, el diario "La Vanguardia" pasó de las manos de los Condes de Godó a un
Comité de Trabajadores . Recayendo las funciones de
dirección en Mari Luz. Fue la primera directora de un diario en la
historia de España. Enjuiciada tras la guerra, y recluída en arresto
durante 8 años, nunca dejó de escribir.
Pero, por
encima de todo, Maria Luz Morales fue el cerebro responsable y la mano
ejecutora de las ediciones adaptadas de la Colección Araluce, que echó a andar en los años 20 del
pasado siglo, la colección suculentamente subtitulada " Las Obras
maestras al alcance de los niños"
Si
alguna vez a alguien le pusieron un nombre de pila adecuado y a
próposito, fue sin duda, a Doña Luz. Desde el recuerdo, gracias.
lunes, 15 de febrero de 2016
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